Cementerio Parque Jardín de Paz
Sector Angelitos, Parcela 14
Av. Donato Álvarez 2050, Flores, CABA
«La música nos da alas, y nos deja volar tan alto como nuestros sueños»Hijito Marco, Desde aquel 15 de abril de 2014, cuando llegaste a nuestras vidas, supimos que algo extraordinario había ocurrido: el mundo se llenó de luz, y nuestro hogar de alegría infinita. Cada sonrisa tuya era un sol que iluminaba los rincones más grises, y cada risa, una melodía que nos enseñaba a vivir con intensidad y amor. Aunque tu tiempo con nosotros fue demasiado corto, cada instante a tu lado estuvo repleto de magia, aprendizaje y felicidad compartida. Desde muy pequeño, nos enseñaste a sentir la vida con el corazón abierto. La música llegó a ti como una chispa que se convirtió en fuego: esa pequeña guitarra de juguete que tu abuelo Ramón te dio no solo fue un regalo, sino la puerta a un mundo donde tu alma podía expresarse. Ver cómo tus dedos buscaban los acordes, cómo absorbías cada nota y cómo la hacías tuya nos llenaba de asombro. Tu profesor Martín decía que tenías un oído privilegiado; nosotros sabíamos que lo que realmente brillaba era tu capacidad de contagiar alegría y emoción a todos los que te escuchaban. Cada acorde tuyo era un pedazo de tu corazón. El fútbol y San Lorenzo fueron otra forma de expresar tu alegría. Los domingos con papá, el ritual del colectivo, el choripán antes del partido, el cantar juntos… cada instante era un tesoro. Y cuando jugabas con tus amigos en la canchita del barrio, aunque no siempre eras el más hábil, tu entusiasmo, tu espíritu de equipo y tus palabras de aliento hacían que todos te admiraran. Tu capacidad de celebrar la alegría de los demás como propia era una lección de generosidad que siempre llevaremos con nosotros. Enfrentaste desafíos importantes con una madurez sorprendente. El divorcio no te hizo menos niño; al contrario, te convirtió en un pilar para Lucía, recordándole que la familia no se mide por casas, sino por amor, risas y recuerdos compartidos. La natación, que comenzó como terapia, se transformó en otra de tus pasiones, y tu esfuerzo para mejorar cada día nos llenaba de orgullo. Tu risa, siempre presente, aligeraba cualquier momento y enseñaba que la alegría es un regalo que se puede ofrecer sin condiciones. Tu habitación reflejaba todo lo que eras: guitarras, posters, medallas, autitos y sueños. Cada rincón contaba una historia de curiosidad, valentía, bondad y amor por la vida. Aunque físicamente ya no estés con nosotros, sentimos tu presencia en cada acorde, en cada chapuzón, en cada gol y en cada acto de bondad que inspiraste. Marco, nuestro pequeño músico de sonrisa eterna, siempre vivirás en nuestros corazones. Gracias por cada abrazo, cada risa y cada momento compartido. Nos enseñaste a vivir con intensidad, a reír sin miedo y a amar sin límites. Te amamos para siempre. Con todo nuestro amor, **Mamá y Papá** --- A nuestro querido nieto Marco, Desde el primer momento supimos que eras un niño extraordinario. Cada sonrisa tuya iluminaba nuestras vidas, y cada abrazo nos recordaba que la felicidad se encuentra en los gestos más simples. Tu risa era una melodía que llenaba el hogar de alegría, y tu bondad, un faro que nos enseñaba a cuidar de los demás con el corazón abierto. La música te encontró desde pequeño, y nos maravillaba ver cómo la hacías tuya. Esa pequeña guitarra que te regalamos no solo sonaba, sino que resonaba con tu espíritu, contagiando emoción y alegría a todos. Cada acorde era un reflejo de tu alma generosa y de la capacidad de hacer sentir especial a cada persona a tu alrededor. Nos encantaba verte disfrutar del fútbol y la natación, observar tu entusiasmo, tu esfuerzo y la manera en que celebrabas cada logro con orgullo y humildad. Marco, tu cuidado hacia Lucía y hacia todos los que te rodeaban nos hizo admirarte profundamente. Cada gesto, cada sonrisa, cada palabra reflejaba un corazón inmenso y un espíritu lleno de luz. Aunque sentimos un vacío enorme por tu partida, tu luz sigue viva en nosotros. Cada recuerdo, cada risa, cada canción que tocabas continúa iluminando nuestras vidas. Nos enseñaste a vivir con alegría, a valorar cada instante y a amar sin condiciones. Siempre serás nuestro querido nieto, nuestro músico de sonrisa eterna, y llevaremos tu luz en nuestro corazón por siempre. Con todo nuestro amor, **Abuelos Irma y Ramón** --- Marco, hermano amado, Todavía me cuesta aceptar que no estés físicamente aquí. Desde que naciste, supe que serías alguien increíble, y no me equivoqué. Fuiste mi compañero de juegos, mi confidente y, sobre todo, un maestro de alegría. Tu risa podía transformar mi día más gris en un momento brillante, y tu bondad me enseñó a ser mejor persona. Recuerdo cuando tocábamos música juntos, cuando jugábamos al fútbol o simplemente charlábamos mientras comíamos galletitas de la abuela. Siempre querías aprender, siempre querías compartir, siempre querías que todos a tu alrededor se sintieran especiales. Tus ocurrencias y tu sentido del humor nos hacían reír hasta las lágrimas, y tu ternura nos enseñaba lo que significa amar sin condiciones. Me duele no poder abrazarte más, pero sé que tu espíritu sigue con nosotros. Cada vez que escucho música, veo un partido de San Lorenzo o recuerdo tu medalla de natación, pienso en ti y en la alegría que traías a nuestras vidas. Gracias por enseñarme que incluso los momentos más pequeños pueden ser gigantes cuando se viven con amor y entusiasmo. Siempre serás mi hermano, mi amigo, mi compañero de aventuras y el guardián de mi sonrisa. Te llevaré en mi corazón, en cada recuerdo, en cada canción y en cada acto de bondad que inspire tu memoria. Te amo, Marco, y siempre te recordaré como el niño maravilloso que eras: lleno de luz, música y alegría. Con todo mi amor, **Tu hermana Lucía**